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miércoles, 9 de marzo de 2011

En mi cuarto

En mi cuarto
Guillaume Dustan
Traducción: Ahmed Haderbache

1. EL HERMOSO SERGE
Le conocimos en el Queen, muy tarde, a la hora en que ya no quedan prácticamente más que los empedernidos. Un poco calvo. Un metro ochenta y cinco, ochenta kilos. Súper bien hecho. Una sonrisa sempiterna de dientes blancos y regulares. Suficientemente joven. Una cara hermosa. Visiblemente colocado con algo de muy buena calidad. Primero nos miramos. Después bailé pegándome a Stéphane para excitarle. Se nos unió. Dimos un espectáculo en la pista, fingiendo ante todos que nos follábamos. Eso lo empalmó. Después nos despegamos. Intercambiamos tres palabras en medio del barullo de la música. Envié a Stéphane por bebida. Le dije Hostia tengo súper ganas de comértela. Dijo No hay ningún problema. Me llevó hacia los lavabos. Me dije Qué guay sabe lo que quiere. Le seguí dócilmente. Los lavabos estaban hasta los topes, había cola para entrar. Dije Bueno qué hacemos. Me llevó al ángulo muerto justo al lado de la entrada. Dio la espalda a la pista. Me dejé caer de rodillas al suelo. Sacó una polla súper hermosa y me la metí en la boca mientras me la cascaba durante cinco minutos. Fue guay. Después dije Bueno mi chico está esperándonos tenemos que ir ¿vale? Dijo Vale. Stéphane esperaba en el bar con las copas, tan tranquilo como de costumbre.
Nos pusimos de acuerdo enseguida sobre el itinerario a seguir. Primero pasamos por su casa para recoger una nueva droga americana que no conozco y que por lo que se ve es fantástica para follar, y después vamos a casa porque en nuestro piso hay material y en el suyo no. Por este último detalle ya casi estoy seguro de que va a ser un mal rollo, pero está tan bueno que ni por un instante puedo dejar de imaginarme tirándomelo mientras sea posible.
Su casa es de lo más. Piso estilo loft. Tele y altavoces en el váter. Muebles de categoría. Un sobre remitido por una cadena de televisión permanece desplegado sobre la barra americana extra-ancha de la cocina. Pone trance muy alto. El sonido es genial. Probamos el polvo. Al cabo de diez minutos estamos súper ciegos. Habría que filmar. Nos desvestimos. Él es sublime. Una súper polla, muy ancha y larga, huevos gordos llenos de piel. Se la mamo. Le como los huevos. Me da azotes en la espalda, en el culo. Juega al macho. Me gusta. Me suelta Tú eres una auténtica guarra, una de las auténticas. Me la pones tiesa.
Lo compruebo. Exagera. Estoy seguro de que no me va a follar pero da igual. En los lavabos tenía una caja vieja de prophyltex llena, y los prophyltex son demasiado pequeños para una polla como la suya; si para dar por culo utilizase normalmente condones, tendría los manix grandes. Lo que también resulta extraño es el par de zapatos de salón tirados por el suelo al lado del espejo del cuarto. Pero es la única huella de mujer en el piso. Quizás sea bi este gilipollas pretencioso. Me mira a los ojos. Le devuelvo la mirada. Nos sonreímos. Me dice No me mires así o acabaré casándome contigo. Le digo No es culpa mía, es así. Hace ¡Uau uau uau! dando palmas mientras propino manotazos al culo del cariñín para poner un poco más de sexo en el ambiente.Y luego el cariñín está demasiado ciego y se duerme sobre el parquet con el pantalón de cuero en los tobillos. Es verdad que este Serge me gusta, es como si me estuviese enamorando. El problema es que por supuesto no me folla. Apenas un pollazo o dos, encima sin condón, así, en la cocina y con las ventanas abiertas, después de haber roto la antena de su teléfono inalámbrico al intentar metérmela en el culo. Por lo que se ve este tío no tiene costumbre de follar. Es verdad que todo no se puede hacer en la vida. Me dice varias veces que lo siente, que está demasiado ciego. Le digo No pasa nada.

Se duerme en el sofá mientras se la mamo. En la cadena de música ahora suena ópera, es lo que debe de escuchar habitualmente. Me quedo solo, voy a su cuarto, hojeo algunos libros, debajo de la mesita de noche un método para tener un cuerpo perfecto y cómo mantenerlo, las cintas de vídeo debajo del televisor frente a la cama, no hay cintas pomo o están bien escondidas, una cómoda con slips, calzoncillos, calcetines, pañuelos para el cuello. Todo está perfecto. Los slips están perfectos. Los calzoncillos están perfectos. Los calcetines están perfectos. Me pruebo unos slips azules que no están mal, después un jock strap, yo tenía uno casi igual, no me queda muy bien, luego un viejo nikos muy entallado que me está súper bien. Me lo guardo en la cazadora, luego busco un envase para el polvo. Encuentro un bote de carrete fotográfico vacio sobre el escritorio. Tomo mi pequeño regalo. Me como una rebanada de pan de centeno. No hay otra cosa en la nevera. Continúa sonando la música de ópera. Despierto a Stéphane. ¿Qué tal? Muy bien. Dejo una nota para el hermoso Serge, con nuestro número de teléfono. Fuera hace buen tiempo. Me pongo las gafas de sol. Las calles empiezan a animarse. Nos vamos a casa. Stéphane conduce. Garaje. Panecillos con chocolate. Croissants. El hijo del panadero sigue siendo nuestro fan. Qué gusto volver a casa. Entonces fumamos un porro. Y me follo a Stéphane.
Llama hacia las siete, las ocho de la tarde. Hola soy Sergio man. Es como le llamé en la nota. Va a una cena pero nos podemos encontrar más tarde. Está raro. Dice Volveré a llamar a las doce. Bueno eso es normal, con tres siempre resulta un poco complicado. Para una vez que hay alguien que me interesa. Que me impresiona. El hijoputa. Estoy seguro de que ni me va a llamar.
Llama, pero a la una y media. No es buena señal. Se excusa. Corto el rollo. La cena todavía no ha terminado, ¿nos podemos encontrar a las tres en Folies, o mejor a las tres y media? Digo Vale. Cuelgo. Le digo a Stéphane Bueno tengo muchísimas ganas de follar de verdad con él al menos una vez. Es necesario que vaya. Stéphane dice que sin problemas.

      
 2. LA CITA

Estoy en Folies Pigalle. Hay una chica guapísima con una camiseta de color rosa claro súper ajustada que lleva escrito Babie en plateado. Baila súper bien. Es tan alucinante como un maricón o como un negro. Son las tres. Me he tomado un cuarto de ácido, tres rayas de coca, me he filmado dos porros y he bebido una cerveza antes de salir de casa. Ciego, pero no mucho. Charlo con el taxista. En la puerta de Folies Pigalle hay un tío que hizo un trío con Quentin hace años. Me dice Hola ¿estás con alguien? Tengo un momento de paranoia, no entiendo lo que quiere decir, le digo No, estoy solo, ¿me dejas pasar? Parece un poco sorprendido, pero debe de ver que estoy ciego. Una vez dentro me digo Por supuesto que no va a echar a alguien que conoce, y me digo Hostia qué guay, conozco al portero de Folies. Estas cosas me impresionan. Sé que es una memez. Tras la entrada está uno de los organizadores, un chino súper alto y delgado que hace además camisetas provocativas. Me lo crucé en un fashion show donde me había llevado mi amigo Georges. El chi-nito se dobla en dos hacia mí para darme un beso suave. ¡Hola! Me pago una cerveza. Fumo un pitillo. Bailo.
Esta noche no conozco absolutamente a nadie de los que hay dentro. Ningún colega, ninguna pareja, nadie con quien haya intercambiado más de dos frases. Me estresa un poco. Además el ácido es fuerte. Me provoca dolor de espalda y me tira de los cigomáticos y estoy súper acelerado y de cuando en cuando me quedo sin aliento y me acaloro. Me tranquilizo diciéndome que siempre ocurre lo mismo con el ácido. También tiene su lado positivo, la luz y los colores son más o menos diez veces más reales que en la realidad. Como tengo un buen rollo no puedo pensar más de dos segundos seguidos en algo desagradable. Mi única preocupación es lo que siento y la necesidad absoluta de moverme para descargar la energía realmente excesiva que me da.
Tan solo las tres. Decidí ir a las dos y media para asegurarme de que no se me escapase. Me gusta hacerme la quinceañera. La música es buena, el sonido mejor que antes, así que bailo. Cuando tomo ácido, bailar me descansa la espalda. Primero me caliento y luego, cuando estoy bien en caliente, me subo al podio, me quito la camiseta, bailo con el pecho al descubierto, en vaqueros, los tirantes por los muslos, las rangers. Va bien llevar zapatones cuando se tiene tendencia a trastabillar. Y luego la música empieza a ser menos buena, demasiado hardcore. Vuelvo a bajar. Estoy empapado de sudor. Voy a los lavabos a refrescarme. Largo pasillo rosado. Hay muchachitas árabes que excitan a chicos árabes. Una tía pretende mear como un tío, en el urinario. Como de todas maneras no consigo mear, me aparto para que nos enseñe. Ella se lanza, se desabrocha la bragueta y después se raja. Charlan un poco demasiado fuerte, es el ligue morito. Me voy a vaciar en los lavabos cerrados que quedan libres en ese momento. Me digo que no les habrían tenido que dejar entrar, se crea un ambiente extraño con los árabes.
La fiesta es un puro éxito me parece a mí. Solo hay beautiful people que baila bien, todo el mundo parece pasmado, totalmente ciegos o muy novatos en el mundo de la noche, o incluso ambas cosas. Nadie con quien ligar. Demasiado fashion. Bueno con el ácido no hay problema.

El ácido no me gusta demasiado, encuentro que es demasiado fuerte, pero bueno hay que reconocer que te da buena marcha. Como la música es algo menos trance hardcore, vuelvo a bailar a tope. El dj es una pasada, en-cadena deep disco para remover los culos, trance más duro, hasta que empieza a ser excesivo, empezamos a desmovilizamos y, hop, empieza otra vez. Los tíos gritan de dolor cuando el dj rompe adrede el ritmo en medio del mix. Hago una pausa. Escaleras. Pasillo. Bar. Estoy empapado de sudor, un poco heavy para el local, no me atienden enseguida, pero finalmente sin problemas, el gin-get es copioso.
A las cuatro menos diez aún no ha llegado. Vuelvo a salir solo. Doy la vuelta a la plaza Pigalle. Estoy cabreado. A la entrada del Transfert el portero me sonríe. Stéphane está aquí, con sus grandes y dulces ojos y un maillot de guarra abierto hasta los pezones. Le morreo y luego digo ¿Qué tal nene? Dice Me aburría un poco. Es la hostia. El cumpleaños del Transfert. Nada peor que una fiesta en un local leather. El pastel circula sobre platos de papel. Nadie quiere, pero los tíos más próximos a la barra se esfuerzan por ser corteses. El camarero nos monta el número Señores ¿no quieren pastel? Pues les advierto de que hay un montón de gente ahí fuera que sí querría.
Doy una vuelta por el cuarto oscuro, se la mamo un poco al cabeza rapada que se arrastra en pelotas por el lavabo de lluvia dorada, pero en realidad lo que él quiere es que le mee encima y yo no tengo ganas de mear. Me largo. Me hago besuquear un poco y trabajar los pezones por otros dos tíos. Hago lo mismo. El tío que tengo enfrente me mete dos dedos en el culo. Me subo los pantalones. Me doy la vuelta. Enfrente de mí hay un tío que conozco, pero al que no me he tirado. Sale siempre pero no folla mucho, creo. Me mira el rabo, me la casco un poco delante de él en plan de broma. Después de esto charlo con un pequeño cabeza rapada que parece un ratoncillo. Es de lo más dulce. Le digo Me das ganas de ser malo. Suelta ¿Ah sí?, todo esperanzado. Pero no estoy muy convencido, no me parece lo bastante guarra. Lo nota, y lo dejamos. Encuentro a Stéphane en la barra. Nos salpican en la cara con champán. Empieza a ser un rollazo. Decidimos largarnos.
Estoy hecho polvo en el coche. Stéphane me dice cinco o seis veces que tiene ganas de sexo. No contesto. En casa, cuando nos desvestimos, la moqueta que rodea la cama se cubre de confeti. Le digo a Stéphane Si quieres puedo follarte. No se lo puede creer. Pregunto ¿Tienes el culo limpio? Dice Sí. Cojo un olla, no nos quedan manix grandes, pero el olla me gusta más, era el que utilizaba con Quentin. Son bastante gruesos, pero muy flexibles y suaves. Me lo llevo primero al lavabo, de pie delante de la taza del váter, le meto la cabeza dentro y me lo follo. Luego le llevo de nuevo a la habitación y me lo follo en la cama por delante, luego por detrás. Dura mucho, y no está nada mal, entro y salgo, su culo hace floch, floch, floch muy fuerte, ronronea encogido debajo de mí. Se me empieza a bajar porque está muy abierto. Todavía sigo un rato. Y luego tenemos que pararnos porque se me ha bajado demasiado. Vamos a lavarnos las manos. Le propongo que me folle. Dice que tiene ganas de mear. Me apresuro a meterme en la bañera y me mea encima y sin lavarme volvemos a la cama, de todas formas las sábanas estaban bastante usadas. La follada es genial. Profunda. Larga. Me dejo follar como nunca. Encuentro que se lo monta cada vez mejor. Y luego resulta obvio que estamos demasiado ciegos para podernos correr así. Busco el reloj. Son las diez, hace cuatro horas que estamos follando. Acabamos a mano, me come los huevos, me corro y luego le propongo trabajarle el culo con la mano izquierda porque la derecha está llena de semen. Estalla. Nos hacemos un mimo. Lío el último porro. Se duerme. Fumo la mitad y luego me doy cuenta de que pierdo el conocimiento, entonces dejo el porro y me duermo.
Al despertar estoy encendido por el plantón de ayer. Vemos la televisión. Intento resistir y acabo por llamar a Serge hacia las siete de la tarde. Contestador. Hablo por si filtra las llamadas. Descuelga.

      -¿Sí?
      -Hola, soy Guillaume.
      -Hola ¿cómo estás?
      -No muy bien.
      -Ah... Ahora estoy acompañado. Con mi madre.
      -Qué bien.
      -¿Estuvo bien ayer por la noche?
      Pienso.
      -Fue decepcionante. Es decir, no sabía que no te ibas a presentar.
      -Yo tampoco sabía que no iría.
      Silencio.
      -Bueno, abreviemos, estás acompañado y no tengo gran cosa que contarte. Tu veras.
      -Te llamaré.
      -Vale.

      Cuelgo. Este tío me da asco. Digo a Stéphane ¿Puedes creer que me ha dado plantón y soy yo quien le llama? Pero también eso es bueno. Estar sorprendido. Demostrarlo. Como una guarra. Pero no mucho. Estaba contento del Fue decepcionante. Esperaba que hubiera entendido que quería decir tanto que él era decepcionante como que yo me sentía decepcionado. Quería tocarle un poco los huevos. Pero al mismo tiempo seguía queriendo tirármelo. Su piel ultrasuave. Sus músculos perfectos, ni demasiado ni demasiado poco. Hermoso.

viernes, 4 de marzo de 2011

El Ángel Caníbal (obra de teatro)

El Ángel Caníbal
Escrita por Daniel Pit Parce
Escena 1
Pesadilla
La victima está sentada en la silla, al fondo la música de ambientación de la escena va aumentando el volumen, la víctima no puede moverse y empieza a tener un ataque de panico, tiembla sin poder levantarse, al final grita y al fondo se escucha como cae un cuchillo sobre una superficie dura.

Escena 2
Luz cenital y frontal.
Una mujer sentada en una silla habla a una grabadora mientras se come una manzana
Frígida: Desde hace tres noches he vuelto a tener el mismo sueño que me atemorizaba de niña, creo que este caso tiene algo que ver, aunque no sé porque, aun. En el tengo 12 años, estoy en la tina del baño de la casa donde vivía, frente a mí están las monjas del colegio donde estudie, sor maría, la madre superiora está en el centro, son muchas. Tengo miedo, intento gritar pero no puedo emitir sonido, de un momento a otro estoy completamente desnuda frente a ellas, y un baldado de agua fría cae sobre mí, la madre superiora me golpea con la regla que guardaba en su oficina. Ella decía que así los golpes duelen más y que yo debía sufrir mucho por lo que había hecho para que dios me perdonara, yo nunca supe  qué era lo que había hecho para merecerme el castigo. no puedo moverme,  siento una gran ansiedad, tengo ganas de despertar, pero no puedo abrir los ojos, luego la madre superiora se acerca y me besa, sus manos me tocan por todo el cuerpo, por las heridas que sangran, por mis senos y mi sexo, sus dedos son gruesos y grandes, parecen los de mi papa. Siento enormes deseos de matarla, deseo con todas mis fuerzas que un cuchillo aparezca oportuno en mis manos, inmediatamente las miro  y tengo uno que parece muy afilado,  corro a enterrárselo en el cuello, pero despierto antes de lograrlo
Era un sueño muy recurrente, lo tuve hasta que Salí del colegio, luego desapareció. Hasta ahora.
En muchas ocasiones he pensado como asesinar a alguien, busco en mi mente las razones que tendría para hacerlo y sin embargo no encuentro una que de verdad lo justifique, a veces imagino que se sentiría matar a un ser cercano. Pero me reprimo, también he soñado despierta con mi propia muerte,  he imaginado paso a paso el momento en que alguien, un hombre. Me asesina, he visto sus ojos, se parecen a los de mi padre. (Apaga la grabadora)
Tengo la cabeza llena de pensamientos obscenos y morbosos, este caso me tiene completamente poseída, nunca había estado tras la pista de un asesino como este, es especial, algo del móvil que no encaja en los motivos usuales. Me gustaría poder entrar en sus pensamientos. Dios¡¡¡ Estoy fuera de mí. (enciende nuevamente la grabadora) La semana pasada que fui a la carnicería, Mientras el carnicero me empacaba la carne para la semana, me encontré parada frente a la bandeja del higado, cundo los vi, pensé inmediatamente en el asesino. Disfrute tanto meter mi dedo en ese pedazo de carne, entre más fuerte lo hacía iba sintiendo como el tejido se iba desgarrando, era suave y resistente a la vez, era una textura tan exquisita que no lo pude evitar y comí un pequeño pedazo que se deshizo en mi boca. Había en el acto algo de un placer sexual, debe ser igual con un crimen, una vez introduje el dedo en la carne, un corrientazo me recorrió el cuerpo terminando directamente en mi vagina, no sé porque, pero me recordó la primera vez que introduje mi dedo en un culo, solo que con la carne hay algo más profano, es una transgresión mayor, luego pensé que mi piel es blanda y suave como el hígado de una vaca.
Angela: (se aclara la garganta) ¿puedo pasar?
Frigida: Claro, pase, ¿en qué le puedo ayudar?
Angela: Vengo para la entrevista
Frigida: Ah sí claro, siéntese ¿trajo su Hoja de vida? (la revisa detenidamente) Muy bien Ángela, veo que tiene estudios de medicina pero no parece haber terminado.
Angela: si, hice unos semestres pero no pude continuar.
Frígida: ¿tiene conocimientos forenses o solo administrativos y de oficina?
Angela: tengo conocimientos de antropología, psiquiatría y psicología forense
Frígida: muy bien ¿alguna practica en esos campos?
Angela: (se ríe) No ninguna, soy una apasionada de la criminalística
Frígida: ¿Y cuándo puede empezar a trabajar?
Angela: ahora mismo si usted lo dispone
Frigida: mientras confirmamos sus datos, permítame le enseño la oficina y la pongo al tanto del caso en el que vamos a trabajar (saca una carpeta)
Frigida: es la tercera víctima este año en circunstancias similares, el modus operandi parece ser el mismo, por lo que se infiere que el crimen haya sido cometido por el mismo asesino.
Las extremidades superiores e inferiores y los intestinos fueron hallados en bolsas de basura llenas con piedras que el criminal arrojo a un rio a las afueras de la ciudad. Las partes fueron encontradas por un bañista que se aventurero a ir rio arriba. Ahora está siendo investigado, es el único sospechoso. Tuvo la mala suerte de que el nudo que ataba la bolsa con las manos se soltó, dejando escapar los miembros que  en un acto exhibicionista flotaron hasta la superficie. La verdad, No creo que tenga nada que ver con el crimen, el pobre muchacho está demasiado asustado.  Solo hemos encontrado manos y pies, solo eso nos envía como pistas. Al parecer no quiere que los crímenes queden impunes, porque de lo contrario no dejaría rastro alguno de ellos. Ahh lo olvidaba, el dedo índice de la mano derecha fue removido y aún no ha sido encontrado
Ángela: ¿es todo lo que tienen? (frígida asiente) que interesante
Apagón.
Escena 3
Un hombres sentado en una silla metálica, tiene en su mano extendida un vaso lleno de un liquido trasparente, mira al horizonte, esta absorto
Atrás bajo una luz cenital un hombre vestido con un saco de capucha roja.
Ángel: estas seguro de lo que vamos a hacer
Él: sí. Creo que si
Ángel: crees o estás seguro.
Él: estoy seguro, ya no hay marcha atrás.
Ángel: no haré nada que vaya en contra de tu voluntad, este no es un acto de fuerza
Él: Espero que cumpla con su parte
Ángel: todo será como lo planeamos, ¿hay algo que quieras hacer antes de comenzar?
Él: Si, quiero que me muestres las herramientas ¿Dónde va a suceder?
Ángel: aquí mismo… ¿quieres que empecemos ya?
Él: si; empecemos (se bebe el contenido del vaso)
Escena 4
Ángela: ¿empezamos doctora?
Frígida: (como despertando de un sueño) Si empecemos. ¿Llegaron los últimos reportes de criminalística? (Ángela le pasa un sobre, ella lo abre) según el informe era un hombre, mestizo, de unos 25 años, el reporte de dactilografía indica que su nombre era xxxxx xxxxx xxxxx, estudiante retirado de medicina, que curioso igual que usted, el asesinato fue cometido hace una semana, según lo indica el estado de putrefacción de las partes halladas. ¡Aja¡ Tenemos una foto de la víctima entregada por sus familiares. Según afirmaron en el interrogatorio se había retirado hace un semestre de la carrera por que al parecer tenía una crisis vocacional, durante el último periodo de su vida, la víctima se hallaba en estado depresivo, y aislamiento social. Dicen también que no era una persona de muchos amigos, por el contrario siempre se le veía solo, de aspecto taciturno.
Vivía con su padre, su madre se suicidó cuando él tenía nueve años, lo que según sus familiares nunca  pudo superar, al parecer tenia tendencias homosexuales, pero sus familiares nunca pudieron comprobarlo, no tenía trabajo hacía más de cuatro meses, durante los cuales no salió de su casa y estuvo frente al computador la mayor parte del tiempo. De acuerdo al historial de internet, visitaba páginas de contenido pornográfico en su mayoría, también perfiles de asesinos en serie, y una página en especial que les llamo mucho la atención: antropófagos.com.
Su historial criminal está limpio y no tiene tampoco record suicida
Salió el día del asesinato a una cita que fijo por internet con una persona que usaba el seudónimo  de angelcanibal. El cual no se ha podido rastrear aun. Se quedaron de ver en el parque central a las 7 de la noche del día 25, es decir hace 10 días exactamente, después no se le volvió a ver nunca más.
Según el contenido de la conversación, la víctima le regalo conscientemente su cuerpo al asesino, lo cual dificulta un poco el caso
¿Quiere escuchar la respuesta del angelito? (Ángela asiente)
“No hay nada en el mundo que desee más que tu cuerpo, anhelo el sabor de tu carne y el olor de tu sangre”
Aun no tenemos nada del asesino, los cortes fueron perfectos, hechos con la mayor de las meticulosidades, no hay grandes traumatismos, al parecer fueron hechos con instrumentos quirúrgicos, no hay huellas dactilares ni nada que nos pueda indicar algo sobre el criminal o el lugar donde fueron realizados
¿Qué opina?
Ángela: la victima consintió con el asesino, ambas partes estaban conscientes de sus actos
Frígida: si, la ley no ha dispone en cuanto este tipo de crímenes, si podemos llamarlo de esa manera, la mente criminal siempre sobrepasa la de los legisladores ¿Qué opina del asesino?
Angela: es probable que sea un hombre, aunque no quede esto claro en las comunicaciones por internet, pero por lo general este tipo de actos están relacionadas con represiones sexuales y prácticas sadomasoquistas.
Es posible también que sea un hombre con profundas frustraciones, problemas afectivos, trastornos mentales y perturbaciones físicas muy comunes en niños maltratados o abusados sexualmente. Es probable también que padezca de esquizofrenia
Frígida. Muy interesante, es un buen diagnóstico ¿cree que reincida?
Ángela: es muy probable, Diría, que es seguro, en este momento debe estar detrás de su próxima víctima.
Frigida: habrá que esperar ¿qué crees que hace con el resto del cuerpo?
Angela: No se… tal vez se lo coma

Apagón
Escena 5
(Frígida sola en su oficina, enciende la grabadora))
Frígida: es supremamente interesante la psicología de la víctima y del asesino, ambos hacen parte de una ecuación perfecta... Víctima y victimario, se buscan el uno al otro, se atraen, se  anhelan y se recrean en sus mentes.
¿Es realmente culpable de crimen alguien quien ha asesinado bajo consentimiento de la víctima? ¿Es posible regalar nuestro cuerpo? ¿Podría un acto como estos ser un acto de amor?
No es coincidencia, que dos seres con esas naturalezas se hayan encontrado. Las coincidencias no existen. Cada víctima escoge su verdugo consciente o inconscientemente. ¿Puede el deseo de morir tan profundo y recurrente atraer hasta nosotros a nuestro verdugo  hasta el punto de comer en la misma mesa y del mismo plato con el sin aun saberlo? ¿Me pregunto cómo sabemos  si somos víctimas o victimarios? (apaga la grabadora)
Por dios Qué cosas se me ocurren. Estoy al borde de la locura, mi cabeza está llena de imágenes y de tanta información que se cruza y se confunde.  Quiero llegar hasta el fondo de todo esto, no me conformo solo con hallar el asesino, quiero conocerlo, entenderlo, deseo mirarlo a los ojos y saber si es odio lo que hay en ellos, o si es como en mi sueño, en el que los ojos de mi asesino me miran con amor, como si con ese acto fuera posible liberarme de la culpa.
La culpa…En este caso la culpa está presente en ambos lados de la ecuación, pero ninguna de las partes es culpable. No entiendo porque estoy tan obsesionada con este caso, ¿Cuál es mi parte dentro de esta ecuación? Hay una parte de mí que lo justifica y parece entenderlo mediante la intuición. Quisiera tenerlo frente a mí y decirle que no soy yo quien le juzga, que solo a los ojos de la ley es culpable, y que hace parte de una ecuación perfecta, que él también es víctima, de la ley, cualquiera que sea. ¿Se puede culpar a alguien cuando también se ha recreado en sueños la muerte de su propia madre y la suya misma? ¿Acaso nunca han imaginado el sabor de la carne humana? Dicen que sabe a puerco ¿cuándo comes carne, no piensas que tal vez sea la carne de un hombre que no conociste? Yo si lo pienso, y no seré yo quien tire la primera piedra.
Escena 6
(La víctima se levanta de la camilla, no tiene rostro, lo cubre una máscara negra)
Víctima: Tengo un poco de comezón en el cuello, pero no puedo rascarme, ya no tengo control de mis movimientos ni de ninguna de las partes del que antes era mi cuerpo. Cuando decidí entregarle mi cuerpo perdí todo el dominio que tenía sobre él, perdí la voluntad. Esa última decisión  me libero de la responsabilidad de tener que decidir por el resto de mi vida (se ríe) aunque ese resto de mi vida fuera tan solo un momento. Pero el tiempo es relativo y la sustancia del que está hecho, si se puede utilizar esa palabra, es elástica, se contrae y se expande a su voluntad.
Ahora soy solo espasmos involuntarios. Fluidos que se coagulan, últimos estertores y pronto seré solo un nido de gusanos, volveré al olvido de donde nunca he debido salir.
Es posible que pasen días, tal vez semanas antes que alguien me eche de menos, últimamente era solo una sombra , una presencia que evitaba ser vista, ni siquiera sentida, un lamento interminable en una frecuencia imperceptible. Los seres insignificantes como yo, somos lo más parecido a un fantasma, solo la compasión nos devuelve el peso, nos hace vivos, la compasión nos devuelve la materia, hace que los vivos vuelvan su mirada hacia nosotros, es el alimento de los seres como yo.
Nadie va a extrañarme, tampoco nadie va llorar por mí, me extrañaran mis plantas, para las que mi muerte es también su sentencia de muerte, pero ellas no necesitan mi compasión.
Soy una criatura indigna de cualquier sentimiento humano, soy indigno del amor, la muerte era la única luz al final del túnel, ¿para qué iba a prolongar por más tiempo esta existencia inútil, si al final mi destino era solo ser alimento de gusanos? Pero mi piel no está corrupta por la culpa, ¿porque no darle un destino más útil a mi carne? ¿Porque no alimentar con ella la pasión? soy un cobarde, mi vida ha sido un acto de cobardía, y pensé que mi muerte debía ser diferente, por eso cuando encontré el anuncio, pensé que no habría posibilidad de un acto más valiente que un sacrificio consiente, y me entregue. Con un solo acto reivindicaría una vida, ahora podría estar libre de culpa.

Escena 7
Ángel: sí, soy el asesino. mi nombre lo escogió mi padre, así era como él me veía, decía que yo era un ángel, fue tal vez la primera y la última persona que vio algo bueno en mí, yo nunca he visto más allá de mi reflejo en el espejo. Con su muerte se fue la única posibilidad que había de cambiar mi destino, con su muerte mi mutación estaba firmada, después de su muerte crecieron los tentáculos y las púas. Yo lo mate, su amor era tan grande, tan enorme, que no lo soporte, no resistía mirarme a sus ojos y verme en ellos como él me veía, tenía miedo que dejara de verme así algún día. El día del accidente, yo soñaba despierto con su muerte
Ahora, tantos años después aún recuerdo claramente ese reflejo en sus ojos, agradezco que este muerto, así no tiene que ver en lo que me he convertido, y no tengo que ver en sus ojos el asco, la decepción y  la maldita compasión.
Las personas creen que la compasión es un sentimiento piadoso, que idiotas, no se dan cuenta que la compasión es la materia prima de los monstruos y de muchos de los deseos perversos, la compasión es como la envidia, nos va llenando de rabia y de frustración, se va adhiriendo a las paredes internas de nuestros tejidos, es como al grasa, como un tumor.
Los ojos de la gente normal no soportan verme tal cual soy, yo los veo, y no es mucha la diferencia entre ellos y yo, solo que ellos viven en la mentira de la perfección, de la normalidad, creen que son especiales y solo son corrientes, estereotipos, reproducciones en masa, creen que tienen la verdad de su lado porque son más y hasta creen que son buenos.
Todos alegan que no le hacen daño a nadie, como si el mal  solo habitara en el corazón de los asesinos o de los criminales. Recurren a la ley, como si la ley pudiera indagar en el alma de los seres. El mal está en todos nosotros, estamos hechos de maldad, al igual que de otras muchas cosas, el mal es un acuerdo inconsciente entre miles de mentes, está hecho de miles de deseos siniestros, de deseos humanos. Los monstruos como yo somos el resultado, el residuo de esos miles de acuerdos, somos el producto de los millones de deseos humanos, a algún lugar han de ir los deseos una vez son deseados, una vez son pronunciados, en alguna parte han de habitar, han de esperar.
No somos conscientes de nuestros deseos
Mi mama siempre deseo tener un niño… Y el deseo se le cumplió.

Escena 8
Frígida en su oficina
Frígida: Me pregunto qué siente la victima un minuto antes de morir.
La muerte es como la finalización de un combate, la agonía es un combate. Me pregunto si la victima lucha o simplemente se entrega a morir como quien se da a los placeres más abyectos en una habitación oscura llena de personas pero donde nadie tiene rostro y solo hay sensaciones.
Han pasado tres meses desde que ocurrió el último asesinato y aun no tengo nada, casi que he perdido la esperanza de encontrarlo. Al principio, los titulares en los periódicos y en los noticieros, era tema obligado cuando me subía a un taxi, todos tenían una opinión al respecto, sentía vértigo cada vez que me hablaban de él y no entendía porque, la mayoría de las personas se compadecían de la víctima,  “eso le pasa por marica” decían otros cuando se enteraron por los medios que el joven era homosexual, el debate estaba vivo, pero llego el momento que el tema dejo de vender periódicos y la gente simplemente lo olvido, volvieron a los ríos como si nada, y la víctima se perdió en el olvido, fue solo uno más de millones de casos.
¿Me pregunto si la víctima seria consiente de la influencia social que tendría su acto? Después de su muerte tuvo sus quince minutos de fama, la atención que le falto durante toda su existencia.
El resto de su cuerpo nunca apareció, me sigo preguntando que hizo con él, y si habrá una nueva víctima en el futuro
Ángela. Buenas tardes doctora
Frígida: hola Ángela, como estas… ¿hay algo nuevo?
Ángela. Nada doctora, el crimen perfecto.
Frígida: no seas ingenua Ángela, no hay crimen perfecto, el peor enemigo de un criminal es la soberbia
Ángela: y el mejor amigo es la mediocridad de la justicia.
Frígida: al parecer soy la última persona a la que le importa este caso, y no entiendo porque, tantas veces he visto archivar casos y me importa tanto o menos que el clima en Iraq.
Ángela: Por algo será doctora… por algo será. Bueno, pero por ahora celebremos
Frígida: ¿celebrar? ¿Tenemos Algo que celebrar?
Ángela: Hoy hace tres meses que estoy trabajando con usted. Para mí es un motivo de celebración. Le traje mi especialidad culinaria (le sirve un plato de carne que huele y luce exquisito)
Frígida: vamos a ver ¡hummmm¡ esto esta delicioso, ¿Qué es? ¿Cerdo?
Ángela: es un secreto de familia. ¿Vino? (le sirve una copa de vino tinto)
Frígida: hay algo que usted dijo recién entro a trabajar conmigo que no he podido sacarme de la cabeza y me ha producido las peores pesadillas de mi vida.
Ángela: ¿Qué dije yo? ¿Qué será?
Frígida: que tal vez se los come



Escena 9
(Pesadilla)
Frígida sobre la camilla acostada mientras ángel revuelve sus vísceras con la boca. Frígida se despierta sudorosa y agitada tiene sangre en sus manos

Escena 10
La víctima: Amor es mirarte hermoso en unos ojos que no son espejos.
Nunca antes pude mirarme en unos ojos sin sentir vergüenza. Las miradas son como garfios que auscultaban debajo de mi piel hasta que encontraban el dolor, pero cuando lo mire, supe que era él. Deje de dudar, no sentí vergüenza, por primera vez creí confiar, era la mirada de mi verdugo. Lo busque por tanto tiempo, aun sin saber que lo buscaba, cada noche y cada encuentro era una búsqueda. Pague tantas veces y al final, solo era decepción y vergüenza y miradas de horror. No entendían y huían, me hacían sentir como un monstruo, un freak, yo solo buscaba la bondad del verdugo.
Me trato como se trata un ser amado, tenía la mirada de un niño enfrente de un juguete que ha deseado por mucho tiempo. Me contemplo como se contempla lo inverosímil y sonreía como quien  ha encontrado la felicidad.
No sentí dolor físico, estaba ya fuera de mi cuerpo, el líquido que me dio a beber me libero del el, pero llore, llore hasta el último momento, para algunos el dolor es el camino hacia la felicidad, al menos era mi camino. Soy de ese tipo de seres que solo en lágrimas vive el amor y solo en negro vive la carne.
Soy la victima perfecta, soy el que se entrega, el que no lucha, el que pierde. Había imaginado tantas veces mi muerte, pasó a paso, y es curioso, sus dedos eran iguales a los dedos de mi verdugo de ensueño.
El cuchillo entro tantas veces en mi carne que antes de quedar completamente inconsciente ya había perdido la cuenta, estaba vivo cuando tomo una parte de mi cuerpo, la preparo en la cocina y frente a mí se la comió, me dio a probar mi propia carne. Estaba exquisita. Parecía como si el brillo de mis ojos que poco a poco los abandonaba se escapaba para brillar en los suyos. Olía delicioso. Había mucha sangre, pero no sentí asco, tenía mi sangre en todo su cuerpo, gruesas gotas se desprendían de su mentón después de haber recorrido hasta allí desde su frente. Lo último que recuerdo son sus ojos  y un placer que lindaba con el deleite, con el éxtasis. Siempre admire el filo de las navajas. Ahora sé porque.
Apagón


Escena 11
Frígida baila flamenco a un lado del escenario con dos cuchillos en sus manos, mientras al otro Ángel afila los cuchillos y los prueba sobre la carne
Ángel: (Mientras come)
La victima dejo de aullar
Las manos teñidas de sangre tocaron la tierra
Rojo y marrón
Olores a hierro y a flor
Ahora no eran lágrimas, era sangre
La sangre que se derrama no se pierde
Dejo de luchar, pero no se venció
Lo único que me pidió a cambio era que le mostrara las herramientas que iba utilizar. Le hice una descripción detallada de todo lo que se requería para que el ritual fuera perfecto.
Una habitación espaciosa, una mesa grande o una camilla, una sierra o un buen juego de cuchillos afilados de acero inoxidable, una maquina afiladora por su puesto, una tina para drenar la sangre y una jaula, aunque en su caso no iba a ser necesario, se requiere cuando la víctima es muy nerviosa, la quietud es muy importante para que la carne tenga mejor sabor y textura.
Le explique que lo idóneo era que la víctima no comiera durante las 48 horas previas, eso él ya lo sabía, venia preparado, estaba a dieta hacia dos días.  Le pase el vaso con el líquido que le cambiaría el estado de conciencia, necesario para poder aislar el dolor y los nervios, lo bebió tranquilamente
Tenía miedo, pero no era miedo a mí, tampoco era miedo a la muerte, era más un miedo a la vida, miedo al fracaso, miedo al arrepentimiento. Ha sido la primera víctima que se entrega de manera completa, no hubo espacio a la violencia, ni necesidad de apresuramientos, pude tomarme mi tiempo y disfrutar de la contemplación, él era la victima prefecta, aunque debo confesar que la violencia tiene algo irremplazable, orgásmico, sin embargo nada es comparable con la entrega, me inspiraba bondad, no era compasión, era algo parecido al… amor, era extraño verlo a los ojos, tenía esa mirada de cordero al ser llevado al matadero, era consciente de su destino y lo aceptaba sin reparos, era algo parecido a la perfección,  como mi alma gemela, si es que existe el alma y si es posible que dentro de mi habite una.
Han pasado ya tres meses, queda poco de él, ha sido exquisito, la carne más tierna de todas las que he probado, pero se acerca el tiempo de la siguiente, esta vez nada ha sido dejado al azar, y creo que se acerca un combate. (Dentro de un sobre deposita en dedo)

Escena 12
Fantasía
Ángel sentado en la silla de espaldas al público, frente a él la victima lo golpea fuertemente a un ritmo frenético mientras le grita obscenidades. La excitación toma control del cuerpo de ángel, tiembla y se estremece, rápidamente saca un par de cuchillos, se levanta y con ellos decapita la cabeza de la víctima que cae fulminada al suelo. Jadeos y mucha sangre que gotea por sus manos y las hojas de los cuchillos

Escena 13
Ángela: ¡Doctora¡ ¡doctora¡ acaba de llegarle este sobre, y a que no adivina quién lo envía
(Frígida  se pone unos guantes quirúrgicos y abre el sobre, dentro hay un sobre que contiene un dedo y una nota que lee, mientras es pronunciada por ángel)
Ángel: La culpa es una bestia insaciable que se apodera de los cuerpos humanos, los animales no sienten culpa, es privilegio de los hombres. La culpa es caníbal, se alimenta de sí misma, ¿sabe donde habita la culpa doctora?  Tal vez en el mismo sitio donde alguna vez hubo inocencia. ¿A dónde va la inocencia doctora? ¿A dónde va la inocencia? ha de ir a alguna parte.
La inocencia muta, se transforma en culpa, y la culpa nos vuelve víctimas,
¿Qué piensas hacer con la culpa doctora?

Frígida: Ángela haga analizar inmediatamente este sobre y lo que contiene ¡de inmediato¡

Es como en mi sueño, el dedo es la culpa, como sabe que tengo encima mío la culpa de las monjas del colegio y el recuerdo de sus dedos largos y arrugados sobre mis pantorrillas, la culpa de mi padre y sus dedos grandes y gruesos sobre mis labios y mi sexo,  la culpa de mi madre y sus dedos abofeteándome la boca, solo las víctimas somos culpables por sentir culpa, la inocencia es como una margarita y yo he devorado la margarita.




Escena 14
Ángel: ahora es cuando empieza el juego, el cortejo fúnebre. Una idea se incrusta en la mitad de su frente hasta que se apodere completamente de todos sus pensamientos, de todas sus imágenes. La victima debe desear tanto la muerte que inconscientemente se mete en la boca del lobo, la curiosidad es su mayor equivocación.  Hay quienes desean saber lo que no necesitan y se confunden. La muerte es un palpito que se siente mucho antes, es una decisión, la víctima ha elegido su verdugo y el verdugo ya presiente el sabor de su víctima, el juego es su estrategia su goce y su trampa.
Ya ha mordido el anzuelo, ahora solo resta que se deje llevar, que se escuchen sus lamentos, como los cerdos que saben que pronto van a ser sacrificados, aúllan de terror, de miedo, el temor es el alimento de la víctima, y  entre mayor es el miedo mayor el placer que los inhabilita para ver las señales de advertencia.
Hay que asustarlas hasta la ceguera. Los juegos de rol son ecuaciones y las ecuaciones son perfectas, como diría ella. Después de la curiosidad llega la tentación, como un leve olor que nos atrae a la fuente y la fuente es un abismo, después el vértigo: el miedo a saltar, el miedo a la muerte. Y al final solo un leve impulso hecho con toda la fuerza de voluntad.

Escena 15
Frigida: (enciende la grabadora) sabe quién soy, sabe mi nombre y sabe dónde encontrarme, estoy siendo cazada, como la presa que ha sido observada durante mucho tiempo y de la que se sabe todo, hasta el punto de predecir sus movimientos. Soy la victima perfecta, ¿pero porque me pone al tanto de su estrategia? Quiere jugar, está jugando con su presa (apaga la grabadora).
He sido una completa imbécil, llevo tres meses detrás de un asesino y lo único que se dé él es un seudónimo que es lo mismo que no saber nada. Tiene que estar más cerca de lo que pensaba, tan cerca que puede escuchar mis pensamientos y oler mi miedo
Ángela: Doctora, acaban de llegar los resultados del análisis.
Frígida: ¿que encontraron?
Ángela: es el dedo que hacía falta, no hay huellas dactilares, exceptuando las del mensajero y las mías.
Frígida: por favor deje el sobre en la mesa y retírese. Ángela… no ha vuelto a cocinar ese plato que me trajo hace unos días
Ángela: No doctora, es solo para ocasiones especiales, pero si gusta le puedo preparar un poco.
Frígida: no, tranquila Ángela, esperemos que la ocasión lo amerite (Ángela sale)
Frígida va al escritorio saca de allí una carpeta y toma el teléfono  y marca un numero
¿Alo? Me gustaría confirmar unas las referencias, si Ángela cana…val. Ya no es necesario, Gracias. (Cuelga)

Escena 16
Ángela: doctora si no me necesita más me gustaría irme temprano esta noche
Frígida: ¿Por qué? ¿Tiene planes especiales para hoy?
Ángela: nada en especial, la cena que me espera en casa. Hasta mañana doctora
Frígida: Ángela, No cree que ya va siendo hora que el asesino actué nuevamente. dicen que algo que sucede una vez pueda no volver a ocurrir, pero que algo que sucede dos veces pasara una tercera y lo que sucede tres veces es seguro que ocurrirá una cuarta, además no creo que un cuerpo humano tenga suficiente carne para más de tres meses, si es como usted dice, que se los come.
Ángela: Todas las cosas tiene su tiempo doctora
Frígida: Váyase tranquila Ángela, pero este preparada, presiento que pronto tendremos una sorpresa
Ángela: hasta mañana doctora
(Ángela sale, frígida se cambia de ropa, se pone una chaqueta roja de capucha como la que usa la víctima y unos lentes negros, deposita su arma en la maleta)
Escena 17
Victima: vivir es una lucha, un duelo, la palabra agonía viene del latín agon que significa combate, la vida es una batalla a muerte, pero no con la muerte, ella hace rato nos ha tocado el hombro para advertirnos que estará ahí hasta que sea el momento. Vivir es una batalla contra nosotros mismos y nuestros temores, contra la culpa y la debilidad. El verdugo no es más que la materialización de las manos de nuestro miedo a vivir, se hace fuerte y grande gracias al miedo, el verdugo se hace carne cuando el temor ha superado a la fuerza de la voluntad y la culpa se ha comido toda la energía que teníamos para luchar, la culpa es caníbal, se alimenta de sí misma después que ha acabado con todo lo demás.
He descubierto que La victima perfecta no es la que se entrega, la victima perfecta es la que lucha por su supervivencia y sobrevive, para dejar de serlo y supera su condición de víctima, ser víctima es una elección y dejar de serlo también, la victima tiene que enfrentarse al miedo, encararlo con valentía y coraje y mirarse en los ojos del el, mirarse en los ojos de su verdugo y reconocerse allí, el resto depende de lo preparado que se esté para el combate, también un poco del azar y sobre todo de haberle perdido el miedo a la muerte, en un duelo solo uno sobrevive.
Escena 18
(similar disposición de la escena 3)
Ángel: pensé que se había arrepentido doctora
Frígida. Todas las cosas a su tiempo, usted lo dijo
Angel. Está segura de lo que vamos a hacer
frígida: sí. Creo que si
Ángel: ¿cree? o ¿está segura?
frígida: estoy segura, ya no hay marcha atrás.
Ángel: hay un teléfono, puede llamar a la policía
Frígida: no necesitamos a la policía esta es una velada para dos
Ángel: ¿es como se lo había soñado?
Frígida: No exactamente
Ángel: ¿Cuál es la diferencia?
Frígida: que en mi sueño tenía miedo
Ángel: que cree que va a pasar ahora
Frígida. Lo que tenga que pasar
Ángel: acérquese quiero mirarla de cerca
Frígida: (se acerca quedando frente a él dándole la espalda al público) ¿Es aquí donde sucede?
Ángel: si, es aquí mismo, me imagino que con usted no será tan sencillo
Frígida: ¿porque lo supone? Estoy justo donde quiere que este, la carnada fue perfecta
Ángel: La última víctima fue un poco fácil, aunque no voy a quitarle los méritos, pero de usted me espero un poco más de resistencia, supongo que esto no va a ser necesario (le señala el vaso con el líquido)
Frígida: ¿porque yo? ¿Por qué de entre tantas personas yo?
Ángel: el temor y la culpa tienen olor, además usted más que nadie podría entenderme, me gustan las victimas que son conscientes de su condición y se dejan llevar a la trampa
Frígida: que boca tan grande tiene
Ángel: es para comerte mejor (de repente ángel se levanta y golpea a la doctora fuertemente en la cara, ella cae al suelo sin poder levantarse) ¿está preparada para morir doctora? (levanta el cuchillo, suena la cortina musical, la luz empieza a desvanecerse lentamente, cuando se ha apagado por completo, suena una descarga de arma de fuego, un cuerpo que cae y unos tacones que se alejan)
Frígida: si
FIN DE EL ÁNGEL CANÍBAL
2009