Escena 12
Lugar indefinido, una bodega oscura, cuelgan ganchos del techo. Un joven o un travesti está amarrado a una silla, tiene una mordaza en la boca y pareciera pedir ayuda o estar drogado, entra el hombre que antes estaba sentado observando el show, trae una vara en su mano, se para de frente al joven amarrado, ambos están desnudos o semi desnudos, está muy oscuro. Empieza a golpearlo en la cara con las manos y en el cuerpo con la vara repetidamente hasta que el joven cae muerto o inconsciente. Impávido enciende un cigarrillo y mientras se lo fuma habla.
Asesino: algunas veces aguantan más, inmersos en su estado de inconsciencia ya no reconocen la vigilia del sueño, el dolor parece que desaparece por completo y el temor también. La experiencia se vuelve trascendental, intuyen la cercanía de la muerte y luchan por mantenerse en ese estado donde dejan de ser humanos, pero en el que aún tienen cuerpo. Esa última experiencia es corporal y meta corporal.
Antes de morir pueden dar une pequeña mirada a eso que se intuye y se presiente y regresar para añorarla. Cuando lo han hecho, se puede ver en sus ojos que han visto más alla de esta realidad. Dejarlos vivos seria cruel. Piden a gritos mudos que no los deje regresar, que termine lo que he empezado, me aseguran que es eso lo que han estado buscando impacientemente y que a veces confunden con el amor. Es prácticamente un suicidio. Mis manos son controladas por su deseo, no es mi voluntad, es la suya, ellos piden y yo concedo, es un acto consensuado y libre.
No soy yo quien los encuentra, son ellos los que me buscan y me llaman a gritos susurrados en las noches, por los callejones oscuros de la ciudad. Tengo una verga de carnada.
El proceso es sencillo, Primero está el deseo, una idea que inconscientemente se aloja en su inconsciente durante sus sueños, el lenguaje es libre y a través de ellos me buscan, su alma me pide una experiencia más trascendental que el sexo. Llegan aquí por su propia voluntad, a veces creen que es mera curiosidad, pero no, han hecho ya muchos pedidos para estar aquí.
Aunque parece no es un acto violento. No se puede violentar lo que es permisivo y permitido. Es su espíritu que necesita la experiencia, vaya uno a saber porque, yo solo ejecuto.
Afuera los medios de comunicación y las estadistas escandalizan a la opinión pública, sin importarles nada más que la repercusión económica de la noticia y las posibilidades de explotación. Estos seres cuando llegan a mí ya no le importan a nadie, ni siquiera a sí mismos, sus muertes son significativas en cantidad, y de eso es lo que se aprovechan. Hablan de crimen, de asesino en serie, de seguridad pública. No soy un riesgo para la sociedad, ni para la infancia, si usted no ha tomado la decisión de ser víctima, no tiene por qué temer.
No hay crimen cuando quien muere hace rato que ya estaba muerto y solo estaba esperando el momento perfecto. No soy la mano izquierda de dios, no creo en dios, simplemente entiendo mi naturaleza y me entrego a ella.
El camino de cada cual es diferente, pero todos vamos detrás de las mismas cosas, sus miradas nunca me desmienten. Su cuerpo es solo un empaque del que hay que deshacerse, ya no queda nada valioso de ellos una vez mueren, para que tener consideraciones inútiles con él, de todas maneras se va a pudrir, que sigan alimentando las estadísticas. La verdad una vez se desvaneces ya no me importan.