…Otra Mujer araña
Ahora que la asesina cínica ve el cadáver muerto desparramado en el piso, se enjuaga la sangre que aún le queda en las manos y en el cuchillo, sonríe con rabia, escupe al occiso, deja caer una pequeña e insignificante lagrima y lo culpa por haberse dejado matar.
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