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miércoles, 2 de marzo de 2011

…Otra Mujer araña
Ahora que la asesina cínica  ve el cadáver desparramado en el piso, se enjuaga la sangre que aún le queda en las manos y en el cuchillo, sonríe con rabia, escupe al occiso, deja caer una pequeña e insignificante lagrima y lo culpa por haberse dejado matar.

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